Determinado por su entorno, el comportamiento humano es el conjunto de sus vivencias y los efectos directos e indirectos que nos causan las experiencias vividas en un momento dado o a través del tiempo.
De otra parte y muy a tono con los procesos eleccionarios, en la medida en que nos acercamos a la celebración de las elecciones en nuestra bendita isla, Puerto Rico, comenzamos a ser bombardeados por toda clase de encuestas y sondeos de opinión pública.
Sobre las encuestas en elecciones pasadas, mi experiencia, conocimiento y muchos años de vida, me llevan a concluir que aquellas hechas profesionalmente, sus resultados y diferencias han estado, más o menos, dentro de un marco de razonabilidad.
En estos momentos en que nos dirigimos hacia la celebración de las elecciones 2020, he observado un ramillete de encuestas con una dramática inconsistencia que pone de manifiesto la pregunta ¿Qué diablo está pensando el pueblo de cara a las próximas elecciones? Yo espero que ningún encuestador esté usando la técnica poco profesional de usar preguntas tendenciosas con el objetivo intencional de llevar al encuestado hacia una respuesta esperada, NO, espero que no.
Mi opinión sobre estos acontecimientos es que nos está llegando demasiada información con mucha ambivalencia que resulta difícil entender comprensiblemente el sentir del pueblo en las próximas elecciones del 3 de noviembre. Ante este escenario yo concluyo con par de argumentos, o estamos en presencia de una trágica incompetencia profesional tratando, los encuestadores, de complacer a sus clientes con cuestionables y acomodaticios resultados o aquí nadie sabe y menos predecir qué rayo va a pasar en las próximas elecciones, yo me inclino por el segundo argumento.
Por Iván Gonzalo Ortiz 