Los igualitos bajo la cama

Durante los pasados treinta años, quizás más, nuestra sociedad puertorriqueña ha sufrido una transformación social negativa sin precedente.   Las instituciones públicas están al garete, nada funciona bien, vivimos con una infraestructura decadente y sin dirección; en otras palabras, desperdiciadas en términos de su función y responsabilidad pública. 

Por décadas se le ha faltado el respeto al pueblo por parte de los causantes de ese desastre. En primer lugar de los actores principales de la gobernanza negativa del país y en segundo lugar de los que pagan por ver el espectáculo terrible de esa obra. Ambos hoy se sientan en primera fila para engañarnos nuevamente.

Son muchos los igualitos, pero dentro de esta terrible condición están los hipócritas, los que están entre la sociedad escondidos.  Son aquellos que pertenecen a una tribu con un perfil similar, son parte de la injusticia, del fraude, del abuso del poder, de la inequidad, manipuladores en busca de intereses económicos.  Buscan el poder político para su propio beneficio, son falsos, fariseos, embusteros y dos caras.  Algunas veces cantan como cotorras maestradas en su perverso caminar cuando se trata de aprovecharse del dolor de los más necesitados.  Y otras veces callan como el gallo mudo que no canta cuando se trata del beneficio hacia una sociedad más justa.

Cuidado, hermano puertorriqueño, no te dejes engañar, estos seres forman parte de nuestra vida diaria, son parte del problema y no nos permite avanzar.  Hay que estar pendiente porque alguno de ellos puede estar cerca de tí, a través de las redes sociales o simplemente bajo tu propia cama.     

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